¿Se puede escriturar un terreno ejidal en México? La respuesta es sí. Sigue leyendo para conocer paso a paso cómo hacerlo.
De acuerdo con cifras oficiales, emitidas por el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) de la Cámara de Diputados, en 2015, más del 50 por ciento de toda la superficie del país estaba aún ocupada por terrenos ejidales. Esto se traduce en aproximadamente 105 millones de hectáreas.
La figura del ejido surgió a principios del siglo XX. Fue la respuesta a la promesa de brindar una porción de tierra para trabajar a la sociedad mayoritariamente rural del país durante la Revolución Mexicana. La particularidad de estos terrenos es que, aunque los habitantes tienen derecho a su uso, no cuentan con derecho de propiedad, sino que pertenecen a la comunidad en la que se encuentran.Por lo tanto, solo pueden ser utilizados para el desarrollo de actividades primarias (agricultura, ganadería y pesca, principalmente) en beneficio de la población local.
Así mismo, estos terrenos son administrados por un grupo, llamado Asamblea Ejidal, formado por miembros de la comunidad. Esta tiene la facultad de delimitar y asignar estas superficies a las personas que las van a trabajar, a quienes se les denomina ejidatarios, además de determinar para qué actividad específica se van a utilizar.
Con el crecimiento de la población en todo el país y su transición a una sociedad cada vez más urbanizada, se hizo evidente la necesidad de privatización de grandes extensiones de estos terrenos, con el fin de construir principalmente viviendas y servicios públicos.
Actualmente, gracias a diversas reformas llevadas a cabo principalmente en la segunda mitad del siglo pasado, sí se puede escriturar un terreno ejidal, es decir, convertirlo en un terreno de propiedad privada para fines particulares. Conoce paso a paso todo el proceso.
¿Cómo escriturar un terreno ejidal?
- Comprueba que el terreno efectivamente es un ejido
- Plasma por escrito junto con los ejidatarios los detalles de la enajenación
- Ratifica el acuerdo ante el comisario ejidal
- Reúne toda la documentación legal
- Acude con la contraparte ante el notario público
Comprueba que el terreno efectivamente es un ejido
Para evitar ser víctima de un fraude inmobiliario, lo primero que debes hacer es verificar que el terreno a adquirir efectivamente se encuentra inscrito como ejido. Para esto, se debe pedir al ejidatario con quien se está realizando la negociación que presente su título de propiedad sobre parcelas, también conocido como certificado de derechos parcelarios o simplemente certificado parcelario. Este es un documento expedido por el Registro Agrario Nacional (RAN), órgano perteneciente a la Secretaría de la Reforma Agraria del Gobierno Federal.
Una de las mayores inquietudes surge cuando el terreno está designado para el uso de más de un ejidatario. Lo más importante que debes saber ahora es que sí se puede escriturar un terreno ejidal en este caso, ya que esto no es un impedimento. Lo único de lo que debes asegurarte es que cada uno de ellos presente su certificado de derechos parcelarios y manifieste su voluntad de ceder el terreno.
Plasma por escrito junto con los ejidatarios los detalles de la enajenación
Una vez demostrada la calidad de ejido del terreno, se debe plasmar por escrito la intención del ejidatario o grupo de ejidatarios de cederlo a un particular. En cumplimiento de lo que dicta la Ley Agraria, cuando se enajena un terreno ejidal, el ejidatario o ejidatarios deben ofrecer primero su adquisición a sus familiares directos en línea horizontal o hacia abajo (esposo/a, cónyuges e hijos). En caso de que estos expresen por escrito su negativa o, en su defecto, no respondan en un plazo de 30 días, se podrá iniciar la negociación con un tercero.
Para poner de manifiesto la intención y los acuerdos entre ambas partes, basta con elaborar un documento en el que se manifieste expresamente esta intención, así como los acuerdos y detalles de la operación que se establezcan entre el adquirente y el o los ejidatarios.
Una vez que esté listo, se procede a la firma de ambas partes. Cabe destacar que esto no se considera propiamente un contrato de compraventa, pues como se ha mencionado, un ejido no es una propiedad privada, pero este documento es esencial para sustentar con evidencia tangible el acuerdo ante las instancias posteriores.
Ratifica el acuerdo ante el comisario ejidal
Una vez que se tenga listo este documento, ambas partes involucradas se deben presentar ante el comisariado ejidal o, en su ausencia, ante un representante autorizado. Esta comparecencia deberá realizarse ante dos personas más, quienes fungirán como testigos del acto.
Posteriormente el comisario ejidal hará el registro del nuevo titular ante el RAN. Hasta este momento, el adquirente aún no tiene la propiedad privada sobre el terreno, sino que se considera provisionalmente como nuevo ejidatario. El nuevo propietario se debe inscribir en el libro del núcleo de la población donde se encuentra el terreno. Para completar la transformación del terreno ejidal a propiedad privada, se deberá cumplir con otro proceso de escrituración.
Reúne toda la documentación legal
Solo se puede escriturar un terreno ejidal hasta que se reúnan los siguientes documentos:
- Identificaciones oficiales de ambas partes involucradas (IFE, INE, o Clave Única de Registro de Población CURP)
- Certificados parcelarios de los ejidatarios originales
- Solicitud FF-RAN-01 para obtener el dominio pleno del terreno ejidal
- Certificado donde se manifiesta que los familiares directos de los ejidatarios no tienen intención de adquirir la propiedad del terreno ejidal
- Padrón de Ejidatarios expedido por el RAN
- Convocatoria y acta de la Asamblea Ejidal donde se efectuó el nombramiento del adquirente como nuevo ejidatario
- Si el terreno que se va a adquirir se destinará a fines comerciales, se deben presentar los planos y avalúos correspondientes
Acude con la contraparte ante el notario público
Con estos requisitos cubiertos, el último paso es que ambas partes se presenten ante un notario público especializado en caso agrario. Este plasmará en un documento legal la enajenación del terreno y su transformación a propiedad privada. Por último, este título de propiedad será inscrito por el notario en el Registro Público de la Propiedad.
Es importante recordar que la única autoridad facultada para emitir títulos de propiedad privada es el notario público, por lo que no debes dejarte engañar por otras personas que te ofrezcan realizar este trámite de legalización. Protege tu integridad legal y no pongas en riesgo tu dinero.
También es importante recalcar que el proceso aquí descrito aplica cuando ya se cuenta con un adquirente interesado. Sin embargo, también un ejidatario puede solicitar el derecho pleno sobre sus parcelas, adquiriendo así derecho a la propiedad privada sobre el terreno. De ser el caso, podrá entonces ofrecerlo en venta o utilizarlo como mejor le convenga, adquiriendo la capacidad de construir dentro de este.
En términos generales, este es el proceso de cómo legalizar un terreno ejidal. Para conocer los detalles específicos de los procedimientos, solicita una sesión de asesoría profesional con un abogado o notario para que te pueda ofrecer orientación legal sobre cómo escriturar un terreno ejidal y otros temas agrarios.
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