Te presentamos la segunda parte de los secretos mejor guardados para pasar de inquilino a dueño de tu hogar.
6. Evita pasar por alto los costos extra
La diferencia entre rentar y ser dueño de una propiedad son los gastos adicionales de convertirte en tal. La mayoría de las personas se enfocan en el pago de su hipoteca, pero también necesitan estar conscientes de otros gastos, como los impuestos a la propiedad, los servicios públicos y otros derivados de adquirir una casa. Los nuevos propietarios igualmente necesitan estar preparados para las reparaciones, el mantenimiento y hasta el posible aumento de impuestos al inmueble. Asegúrate de tener un presupuesto para cubrir todos esos gastos y no arriesgarte a perder tu casa.
7. No te guíes por el corazón
Comprar una casa basado en las emociones solo romperá tu corazón. Si te enamoras de algo, es probable que termines tomando malas decisiones financieras. Hay una diferencia significativa entre las emociones y los instintos.
Obedecer a tus instintos significa que reconoces que estás comprando una gran casa por un buen precio. Escuchar a tus emociones implica obsesionarte con el color de la pintura de la sala o de las recámaras. Es una inversión, mantén la calma y sé muy inteligente.
8. Haz una revisión exhaustiva de la propiedad
¿Comprarías un coche sin abrir el capó y revisar su estado? Por supuesto que no. La recomendación es contratar a un especialista que haga una revisión completa y exhaustiva, el costo será menor en comparación con todo lo que te puede ahorrar si te das cuenta a tiempo de los vicios ocultos de un departamento o de las reparaciones mayores que podría llegar a necesitar. Con esa información podrás decidir si te conviene comprar o no. Esa es la mejor manera de obtener un punto de vista imparcial. Además, si llegan a encontrar algún inconveniente con la casa, puedes usar esa información para negociar el costo e intentar bajar el precio.
9. Haz una buena oferta
Tu oferta de apertura se debe basar en dos cosas: lo que puedes pagar y lo que realmente crees que vale la propiedad. Procura que tu oferta sea justa y que no ofenda al vendedor. A menudo se piensa que es bueno bajar el precio la primera vez, pero todo depende de cómo esté el mercado en ese momento. Necesitas conocer el precio promedio de la zona donde se ubica la casa que quieres, investiga un poco para que obtengas el precio promedio por m2.
Lanzar una oferta con un número específico genera la impresión de que has estudiado las cosas, a diferencia de poner sobre la mesa un número redondo.
10. Vigila la colonia donde quieres mudarte
Antes de comprar, vuélvete un auténtico stalker. Visita la colonia que te interesa de día y de noche.
Muchos compradores de vivienda se han decepcionado totalmente al descubrir que su estilo de vida no combina con la zona de su nueva casa. Maneja por ahí en la mañana, en la tarde y por la noche, solo así verás el movimiento del barrio, las horas pico del tráfico.
Trata de simular el recorrido que harías desde tu nueva casa hasta el trabajo, la idea es que repliques la que se convertirá en tu rutina. Checa bien qué tan lejos están los centros comerciales, las tiendas de autoservicios, los hospitales, los medios de transporte y –aun cuando no tengas hijos- las escuelas circundantes. Si no tienes hijos, es posible que los tengas en el futuro, por eso es conveniente revisar ese aspecto, ya que la cercanía de una propiedad con zonas escolares puede favorecer su valor y aumentar su plusvalía. Si compras una propiedad en un área escolar buena o mala, el precio del inmueble se puede ver afectado hasta en 20 por ciento.