El sector de la construcción basa su modelo de negocio en una necesidad primaria del ser humano: tener un sitio que habitar y en el cual sentirse protegido.
Conjuntos de casas forman colonias que al añadirles edificaciones y vialidades de transporte dan lugar a las ciudades. Y esta es la base del urbanismo.
Los datos a continuación denotan las densidades de población de América Latina y Europa. En el continente europeo el 53 % del territorio es habitable lo que da lugar a un equilibrio sustentable, mientras que en Latinoamérica existe un 83% de zonas urbanas, lo cual genera ciertas complicaciones para la vida en ellas. De ahí podemos inferir cómo esta densidad urbana afecta en una crisis sanitaria a los distintos territorios.
En efecto, el COVID-19 nos ha mostrado a lo largo y ancho de los países, cómo sus calles, plazas, monumentos, negocios y ciudades enteras lucen vacías, parecieran casi maquetas arquitectónicas. En ciudades de alta densidad poblacional como lo son Guadalajara o la Ciudad de México, como una medida de seguridad sanitaria para evitar contagios masivos, vemos sus catedrales cerradas por primera vez.
La reflexión comienza
Cinthia Xochicale, socia fundadora del despacho Fundamental (experta en construcción y planeación urbanística) comenta lo siguiente: “una ciudad vacía nos recuerda que los actores primordiales son los habitantes, ya que sin ellos no hay vida”. Definitivamente a la ciudad la hacemos las personas que la habitamos, más allá de sus edificios, libramientos, jardines, etc.
A su vez, Cinthia apunta hacia una reflexión de gran pertinencia y relevancia: “este momento nos llevará a cuestionar la forma en que debe reconstruirse el hábitat; se acelerarán los procesos de aprendizaje en cuanto al uso de la tecnología, se tendrá que eliminar la brecha asimétrica de la conformación de las ciudades”.
Cambio de paradigma
Las reflexiones de los analistas deben traducirse en acciones concretas. Como lo es el desarrollo de nuevos planes de urbanística, un punto fundamental para poder enfrentar nuevas etapas de crisis, desde las económicas hasta las sanitarias como la actual.
Ahora los arquitectos deben diseñar edificios con la capacidad de cambiar rápidamente sus atribuciones hacia un uso diferente. Por ejemplo, contar con áreas comunes, amplias y abiertas que permitan montar en ellas centros de acopio. Esta característica debe aplicar para todo tipo de desarrollos, ya sean verticales, vivienda y sobre todo aquellos de valor social.
Hay que repensar las condiciones de habitabilidad de los grandes fraccionamientos que se ofertan en las ciudades, y adelantarnos a los posibles escenarios ante futuras amenazas como la escasez de recursos, las pandemias, el calentamiento global y la sobrepoblación, entre otros. Un cambio positivo en el ámbito urbano implica la recuperación de espacios públicos, áreas verdes y salones de usos múltiples, por mencionar algunos. Estos, como se mencionó anteriormente, pueden funcionar como áreas de logística y tratamiento durante las epidemias.
Asimismo, el contar con más áreas verdes y de esparcimiento permite a la población mantenerse activa. Al tener una actividad recreativa o deportiva, la salud de las personas se ve fortalecida para afrontar positivamente las enfermedades.
“Desde luego que todos los sectores han sufrido afectaciones pero uno que será fundamental para la reactivación económica del país será el de la construcción. El desarrollo urbano permitirá resarcir, de alguna forma, el descalabro económico sufrido esta temporada; éste también permitirá subir la curva en los indicadores macroeconómicos y podrá ayudar, a su vez, a otros sectores relacionados a salir adelante”, concluye Xochicale.
Check up como herramienta de análisis
Diversos analistas señalan que nos encontramos frente a una gran oportunidad para evaluar el impacto que tienen las ciudades en las distintas esferas de la vida cotidiana. Es decir, cómo las áreas verdes afectan directamente la salud de la población, cómo se construye la movilidad en áreas urbanas (con un enfoque especial en facilitar la labor de los cuerpos de emergencia), cómo se integran los servicios básicos y su accesibilidad y cómo son las condiciones de habitabilidad por región.
De las áreas de oportunidad que se identifiquen, deben generarse los nuevos planes para evitar que futuras crisis tengan una grave afectación en la población, ya que la ciudad depende de los ciudadanos y estos dependen de la ciudad.
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